En un mensaje por el Año Jubilar publicado este domingo, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba se pregunta cómo devolver la esperanza a un pueblo que se debate entre un presente dramático y un futuro incierto, y llama a los cubanos a no tener miedo de "emprender nuevos caminos" para sacar al país de la crisis en que se encuentra.
Al reflexionar sobre difíciles condiciones en sobrevive la población cubana, los obispos establecen una relación entre la fe cristiana y la necesidad de transformar esa realidad.
"¿Cómo revitalizar la esperanza de tantos cubanos? Es una pregunta seria e impostergable en el momento en que vivimos. Es una pregunta que reclama el concurso y la responsabilidad de todos los hijos de esta tierra, sin exclusiones ni respuestas preconcebidas o ideológicas", dijeron los obispos en el texto titulado "Peregrinos de Esperanza".
La misma inquietud ha acompañado los mensajes de los obispos católicos de Cuba en las últimas décadas "con el único deseo de servir al bien común de la patria", señalan los religiosos.
"Cuando la cotidianidad obliga a la búsqueda afanosa de los bienes primarios, la falta prolongada de corriente eléctrica afecta el descanso y paraliza el estudio y el trabajo; las familias se fragmentan cada vez más por la emigración creciente, y el desencanto y la apatía se apoderan de tantos, agobiados por la repetición de promesas que no se concretan nunca… cuando todo esto nos invade el alma, el horizonte de la esperanza se desdibuja y la tristeza se apodera de nuestros corazones", reconocen en su mensaje.
En conversación con Martí Noticias, el Padre Rogelio Dean, de la Parroquia de la Caridad del Cobre de Santiago de Cuba, manifestó su anuencia con lo expresado por los obispos cubanos en el mensaje.
Cuba enfrenta la mayor crisis económica de su historia, con una inflación galopante, apagones diarios que en ocasiones pueden alcanzar las 24 horas y el desabastecimiento de productos básicos, incluidos alimentos y medicinas.
"Con desesperanza y sin alegría no hay futuro para ningún pueblo. Es verdad que la Iglesia sabe y proclama siempre que Jesucristo Resucitado es la fuente y la meta de la verdadera esperanza (cf. Col. 1,27). Pero también es deseable, legítimo, digno del hombre, que todo ser humano pueda vivir y trabajar en paz, realizar sus sueños personales y familiares, progresar integralmente cada vez más", argumentan los obispos.
El mensaje detalla con precisión las vicisitudes que enfrenta la población cubana, especialmente aquellos en extrema pobreza: "los ancianos solos y abandonados, los que duermen o deambulan por las calles, los que buscan comida diariamente en los contenedores de basura".
También los que no logran conciliar el sueño en las calurosas noches del verano en medio del apagón, y "los padres de familia agobiados por el futuro incierto que vislumbran para sus hijos". O aquellos que, presas del resentimiento, "se vuelven cada vez más violentos", o caen víctimas del alcohol, las drogas y otras adicciones.
Los obispos católicos hacen un llamado a todos, pero fundamentalemente a las autoridades del país, a llevar adelante los cambios estructurales, sociales, económicos y políticos necesarios para sacar a Cuba de la crisis profunda en que se encuentra sumida.
"La realidad dolorosa y apremiante que experimentamos, pide no quedarnos únicamente en los análisis, descripción de los problemas y sus múltiples causas. Nos exige cambiar el rumbo de esta situación. En todos los lugares de la geografía nacional, para los oídos atentos y respetuosos del sufrimiento del prójimo se escucha continuamente que las cosas no están bien, que no podemos seguir así, que hay que hacer algo para salvar a Cuba y devolvernos la esperanza", señalan.
"Con la fuerza del amor que profesamos por Dios y por Cuba, queremos dar una palabra de aliento: ¡No tengamos miedo de emprender nuevos caminos!", concluye el mensaje.
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